viernes, 11 de junio de 2010

LO PROFUNDO Y LO PLANO

Halloween (1978) y Halloween (2007)



Habiendo revisto ya un par de veces en los últimos días a la película de John Carpenter, son cada vez más las cosas que me surgen a la hora de pensar la remake de Rob Zombie, y no puedo llegar a nada más que a la conclusión de que esta reversión asesina sistemáticamente a todos los planteos cinematográficos de la primera. El mismo Rob Zombie declara que lo que más le interesaba era ver qué pasaba si se filmaba Halloween pero al estilo de directores contemporáneos como Alejandro González Iñárritu, y esto puede entenderse como si fuera un resumen de todo el problema, pero lo que en realidad hace es un acto de violencia hacia la obra de Carpenter más complejo. En primer lugar, Zombie es un espectador de Carpenter (y de toda la historia del cine de terror), y también se puede decir que se encuentra bien inserto dentro del “culto” construido alrededor de esta película. Por lo tanto, no es un espectador que privilegie una especie de “mirada crítica cahierista” que podría defenderlo en tanto “Carpenter es un auteur”. Me atrevería a decir que Zombie se encuentra más del lado del tipo de espectador que fue a ver Halloween al cine “para pegarse un buen susto”. ¿Qué sucede con su remake? Zombie sabe muy bien, al ser fan del film original, qué es aquello en lo que se piensa mientras se lo mira. La película de Carpenter es tan rica en materia de puesta en escena que sólo a partir del uso de la misma es posible plantear (para dejar abiertas) infinitas cuestiones. Y son estas mismas cuestiones las que fueron creando un culto (y una larga explotación comercial en una saga de muchas películas). Lo más interesante es que todo lo que se puede hablar alrededor de Halloween surge de una serie de perfectas síntesis en lenguaje exclusivamente cinematográfico planteadas por su director, y pareciera que la misión de Rob Zombie, como una especie de vocero de la comunidad fanática del film, fuera la de explicitar en el más literal sentido de la palabra su pequeña lectura de la película de Carpenter. Hasta ahí vamos bien, porque no creo que haya nada malo en plantear una película como una lectura (hasta las publicidades de la remake se refieren a ella como una “visión de Rob Zombie”). Lo que yo vengo a plantear es que es a través de esta remake que la “visión” de Zombie se nota totalmente relegada a una especie de deconstrucción sin construcción. Lo que en Carpenter es profundo (con esta palabra me refiero al poder de síntesis que logra en las imágenes para que realmente funcionen como hebras de pensamiento), en Zombie es desarmado y puesto plano (con una lectura linealmente narrativa dentro de los parámetros del cine como publicidad, o mero transmisor de “mensaje”). Por todo esto, lo que termina quedando es una lectura plana que termina no permitiendo ser vista como lectura, y que resuelve en imágenes explícitamente directas o “comunicacionales”, a todo aquello que Carpenter piensa a través del cine, para terminar también resolviendo, determinando o encasillando a todo lo que debió haber quedado irresuelto. Ejemplos de esto hay infinitos:


1

A Rob Zombie parece interesarle mucho (le dedica media hora de su película) el pasado de Michael Myers, y es muy probable que esto sea así por la potencia de la primera escena del film original. Lo interesante es que Carpenter sintetiza en sólo dos planos a todo ese pasado. Y a cada uno de esos dos planos le corresponde una mirada anclada en el mundo. Nos puede mostrar la forma de matar, la forma de mirar, nuestra forma de mirar eso, y alrededor de todo esto sugerir que esa forma de mirar es posiblemente la nuestra. En términos narrativos también se plantean elementos clave para entender la historia e incluso ciertos elementos que funcionarán como objetos clave para ser recordados más adelante en la película. Y estos elementos “para entender la historia” podríamos decir que disparan para muchísimos lados, sólo que Carpenter nos regala la posibilidad de elegir donde queremos que caigan las balas. La respuesta de Rob Zombie es fácil, y todas las balas caen en la familia americana redneck de clase baja “con problemas de violencia familiar”, y “niño que lo maltratan en el colegio” y “expulsa su represión matando animales pequeños”. Por supuesto todo esto mostrado de la forma más explícita posible. A medida que aumenta la precisión de ese realismo burdo, disminuyen las ideas posibles alrededor de la imagen, y su pequeño mundo redneck pornográfico termina reemplazando a cualquier planteo irresuelto de Carpenter, porque Zombie parece necesitar poner la cámara en el detalle de la acción para abandonar todas las posibilidades de puesta en escena que tiene el cine. Lo que termina sucediendo es también lo que se da en muchas películas a las que me gusta referirme como “películas de una sola idea”. Generalmente son el simple desarrollo de un “¿qué pasaría si…?”. ¿Qué pasaría si Adam Sandler tuviera un control remoto para cambiar la realidad? ¡Sería muy divertido! ¡Podríamos ver en cámara un montón de situaciones hilarantes alrededor de esto! ¿Qué pasaría si el “horror fan” Rob Zombie expresara en una película todo lo que se puede imaginar uno alrededor de Halloween? ¡Sería genial! ¡La película que los fans de Halloween esperaban! ¡La película en la que se muestra en cámara todo lo que hace 30 años venimos pensando!


2

Pensemos ahora en otra escena de la película original. Tommy sale de la escuela con sus compañeros malvados, y estos lo maltratan y lo asustan. Le dicen que lo va agarrar el hombre de la bolsa en la noche de Halloween y lo empujan para que caiga sobre su calabaza. Los niños malos salen corriendo pero uno se choca con Michael Myers, quien lo frena. Aún no hemos visto el rostro (la máscara) de Michael, pero desde el punto de vista del niño parece algo aterrador. Salen todos corriendo (continúa el mismo plano) y la imagen queda compuesta de la siguiente forma: Michael Myers esta encuadrado en el plano de profundidad más cercano a la cámara con un tamaño que no nos permite ver su cara pero sí nos permite ver cómo camina, y el niño triste se va caminando hacia la izquierda ubicado en el plano de profundidad más lejano. Al niño se lo ve entonces entero pero en profundidad, y a Michael Myers incompleto y al lado de la cámara. El niño camina triste y lentamente. Segundos después Michael camina en la misma dirección y con la misma velocidad y se inicia un travelling lateral. Durante varios segundos hay 3 elementos de la puesta en escena que comparten el mismo movimiento y se encuentran ubicados en planos de profundidad que fugan hacia el centro y comparten el mismo instante de la toma. Es un plano casi wellesiano. La cámara, Michael y Tommy se mueven de la misma forma, y nosotros los acompañamos. Y esto es lo único que necesita Carpenter para que entendamos la forma de caminar de Michael. Lo curioso es que seguramente no debió indicarle al actor cómo caminar. Carpenter resuelve posibles similitudes en las formas de andar a partir de la síntesis que le proporciona ese travelling lateral con profundidad de campo. ¿Qué hace Rob Zombie? Ya que él mismo puede percibir esto, opta por agregar a la infancia de Michael una historia del tipo “niño abusado”, y la construye escena tras escena en ese flashback del principio de su “vision”, utilizando elementos que anecdóticamente vayan narrando estos hechos (como la escena que los niños malos insultan a su madre en el baño y toda su posterior resolución). Por lo tanto, cualquier “forma de caminar” que tenga el Michael de Zombie deberá ser justificada e ir acorde a este tipo de escenas, cuando en el caso del Michael de Carpenter simplemente se nos hace una analogía en una sola escena (¡o en un solo plano!), pero con un punto de vista tan preciso que funciona de forma didáctica. De ahí en adelante no es necesaria ninguna explicación extra, ninguna justificación, porque ya aprendimos a verlo. Lo que finamente logra Carpenter al final es realizar una confirmación de este “andar”, cuando termina resolviendo esta analogía ya con el personaje de Laurie, al final del film: obsérvenla a ella caminar llorando semi-apoyada contra la pared, y cómo la sigue Michael, para luego retomar la subjetiva del plano secuencia de la primera escena (en la escalera), pero esta vez desde los ojos de Laurie.


3

A Rob Zombie parece interesarle mucho el sexo, porque en Halloween hay bastante. Cuando Carpenter logra mantenerlo casi en su totalidad en un fuera de campo e incluso utilizarlo narrativamente para insertarlo en secuencias clave (como cuando Laurie escucha a su amiga en el teléfono), Zombie le quita su funcionalidad para devolverlo al terreno del exploitation. Si bien la versión original fue pensada a partir de la idea de hacer un exploitation film, es la precisión autoral de Carpenter la que logra separar a esta película de ser una simple explotación de escenas de sexo y violencia (Rob Zombie hace exactamente lo mismo con la violencia que con el sexo, aunque este último se queda atrás en la escala ya que con esa “política” debería mostrarnos coitos). Y es en relación a esto donde podemos encontrar a la imagen que sintetiza a toda la empresa de Zombie. Cuando, después de la escena de sexo y de que Michael asesine al muchacho, este entra a la habitación “disfrazado” de fantasma para contemplar a la chica, y ella dice: “¿ves algo que te guste?” y le muestra las tetas. En la versión de Carpenter es un primer plano, porque Carpenter necesita ese tamaño para esa escena. En la de Zombie es necesario que se vean las tetas porque parece que es lo único que le importa. Juega con el conocimiento de los fans de la película original y pone en escena el deseo de verle las tetas a la chica. En estas respectivas escenas es clarísima la forma de cada director de ver a la desnudez. En la de Zombie los cuerpos aparecen siempre que pueden (mientras más piel mejor), y en la de Carpenter la desnudez parece colarse cada tanto dentro de su película (cuando ella se levanta para agarrar el teléfono finalmente le vemos las tetas pero porque el plano necesita ser más abierto por otras razones).


Conclusión

Ejemplos como estos hay desparramados por toda la película, porque reitero, la remake de Zombie se limita a llevar a lo explícito la imagen de su propio fetiche por Halloween. Y si vuelvo a lo que mencionaba en el texto que escribí hace unos días sobre la versión original, es evidente por qué los planos finales de la de Carpenter (esos planos vacíos que marcan espacios, inquietudes, estructuras y formas para el futuro slasher hecho género) están ausentes en la obra de Zombie. Si la de Carpenter le abre las puertas al cine, la de Zombie se las cierra porque su mirada se queda dando vueltas sobre las posibilidades de la primera, y sólo para hacernos llegar a la conclusión de que Zombie mira como miraría el asesino de la película, solo que sin poder dar cuenta de eso.

10 comentarios:

  1. No vi la de Zombie (y por lo que parece, no la voy a ver, hoy vi la de Van Sant de Psicosis y ya tuve suficiente) pero me da la sencación que tiene que ver con algo que me quedo picando. El "doctor" que aparece, ridiculo y con una morbosa obsesión por Michael en un momento dice algo así como que cuando pudo realmente ver a los ojos a Michael (mejor lo pego):

    "I met him, fifteen years ago. I was told there was nothing left. No reason, no conscience, no understanding; even the most rudimentary sense of life or death, good or evil, right or wrong. I met this six-year-old child, with this blank, pale, emotionless face and, the blackest eyes... the *devil's* eyes. I spent eight years trying to reach him, and then another seven trying to keep him locked up because I realized what was living behind that boy's eyes was purely and simply... *evil*"

    "No reason, no conscience, no understanding" arca el hecho de que ese médico está obsesionado con el mal que encarna Michael, pero un mal medio pigmalión, porque Michael tiene razón, consciencia y entendimiento, distintos que mucha gente (o no) pero tiene. Si no, no usaría máscara, no podría simbolizar con eso, o representarse a sí mismo, o lo que cada uno crea que hace Michael cuando hace algo. Me suena a que Zombie se quedó con el médico, no?

    ResponderEliminar
  2. Me gustó mucho lo que escrbiste, realmente. Es de tus mejores textos. Creo que el mejor.
    Veo que adoptaste el método Prividera jajaj, intro-1-2-3-conclusión.

    Cuando se normalice mi vida y con más tiempo te escribo más cosas.

    ResponderEliminar
  3. lo que creo que pasa con la de rob zombie es que esta construyendo un heroe. en el sentido mas estructurado y simplista.
    ahora si me cierra su halloween2, porque michael es el mismo y el simbolismo barato.

    y claro que se achata la halloween orginal. pero el enfoque es otro.

    ResponderEliminar
  4. Como dijo Iván, MUY BUEN texto.
    El análisis del travelling es IMPECABLE.

    ResponderEliminar
  5. Para: Ivan M.
    Comunicate a Aluminca@gmail.com
    Te tengo tu encargo.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  6. jajajajajajaaja


    mora anda en negocios extraños

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar