jueves, 30 de septiembre de 2010

HOY! 30/Sept EN LA SALA (MICROCINE)

ACCION!
SUSPENSO!
CRIMEN!
HONOR Y AMISTAD



EN LA OBRA MAESTRA DE JOHNNIE TO


EXILED (2006)

Con las películas de Johnnie To, el cine de acción recupera una sobriedad y maestria comparables con el más negro policial de Jean-Pierre Melville. Y aunque estemos hablando de la admiración de un director de Hong Kong por un cineasta francés que a su vez era admirador del cine norteamericano, las películas de To gozan de una autonomía impecable. En Exiled se pone en juego una historia de crimen grupal, pero que también se atreve a mirar las relaciones humanas entre los personajes, como en la inolvidable reunión nostálgica de amigos que tienen justo después de un intenso tiroteo.


HAREMOS HINCAPIÉ EN EL DEBATE




Antes de empezar proyectamos el cortometraje
NEW YORK, N.Y. (1986)
de RAYMOND DEPARDON


Y TRAILERS DE PRÓXIMAS PELICULAS

martes, 7 de septiembre de 2010

JUEVES 09/09 EN LA SALA!

Como la función de la semana pasada tuvo que se suspendida por la terrible organización de la facultad, este jueves proyectamos las peliculas que no vimos:


18HS
LOS MUERTOS
(LISANDRO ALONSO, 2004)

"Los Muertos” es la historia de un regreso. Argentino Vargas, encerrado durante mucho tiempo en la cárcel, sale en libertad y va en busca de una hija a la que no conoce. Ese viaje significa el reencuentro con otra cosa, que es un estilo de vida ansiado, el despertar de un instinto que se mantenía obligadamente dormido. Como si de una road movie se tratara, “Los Muertos”, el viaje es mostrado como una forma de liberación o, en el caso de Argentino, el de volver a poseerla. Alonso vuelve a plantar la misma duda que siembra en el final de “La Libertad”: la liberación vista como forma instintiva, animal, completa. Argentino va llevando sus acciones al máximo, y como todos los personajes de Alonso, sus actos son la representación de un instinto que debe ser saciado de inmediato.



20HS
TROPICAL MALADY
(APICHATPONG WEERASETHAKUL, 2004)

Si existiera alguna clase de mapa para entrar en ese mundo que Apichatpong Weerasethakul construye en cada una de sus películas no serviría para nada. Acá todo lo que parece ser cierto es derrumbado en el plano siguiente, porque lo único que importa es comprender que se está llevando a cabo una batalla entre dualidades varias: el realismo vs. la mitología, la razón vs. la pasión, lo primitivo vs. lo domesticado. Así, con una estructura que tiene su centro en la bifurcación y con una anatomía bicéfala, “Tropical Malady” se convierte en una gran obra porque permite eso para lo que el cine fue inventado: la invitación al viaje, el festejo de la magia.